La Federación Francesa de Hándbol lo tuvo muy claro. Cómo son conscientes de que tan solo un pequeño número de jóvenes iban a interesarse por este deporte de forma más o menos espontánea, pensaron que lo mejor era que la propia federación se acercara a sus futuros “handball-bleus” y así, en la distancia corta, convencerles de lo divertido del juego.

Para conseguir acercarse a los centros de ciudades donde sería poco probable encontrarse  con una cancha de hándbol, construyeron unos campos hinchables que cumplen con las medidas del rigor técnico pero que incorporan un aspecto lúdico que aproxima más fácilmente el deporte a los niños y jóvenes.

Dos bultos de 120x80x70 cm y dos turbinas de hinchado, son el escueto equipaje necesario para convertirse en 2 campos de hándbol de 27x21 metros. La instalación la realizan 4 personas en unos 45 minutos.